lunes, 29 de agosto de 2011

Y el próximo programa... Stalker



Título original: Сталкер.
Año de estreno: 1979.
Compañía productora: Mosfilm.
Director: Andrei Tarkovski.
Fotografía: Aleksandr Kniazhinski.
Música: Eduard Artemiev.
Guión: Arkadi Strugatski, Boris Strugatski, Andrei Tarkovski.
Intérpretes principales: Aleksandr Kaidanovski (el Stalker), Anatoli Solonitsyn (el Escritor), Nikolái Grinko (el Profesor), Alisa Freindlich (la mujer del Stalker), Natasha Abramova (la hija del Stalker).

Hay un lugar en el mundo, una Zona claramente delimitada, donde las leyes de la física y la lógica no significan nada. Lo que en un principio parece el paraíso para la ciencia y la filosofía, debido a sus infinitas posibilidades, pronto se convierte en un erial cuando se comprueba que las personas que penetran en ella jamás salen; incluso todo intento de conquistarla fracasa, pues las armas no funcionan en su radio de acción. Sin embargo, todavía perviven dos rumores entre la gente que vive cerca de la Zona: que en su mismo centro existe una habitación que permite realizar los más íntimos deseos del alma humana; y que existen ciertas personas, llamadas Stalkers, que pueden orientarse en ella y llegar a dicha habitación. Siguiendo estas habladurías, dos indivíduso, el Escritor y el Profesor, han dado con un verdadero Stalker y se proponen internarse en la Zona en búsqueda de la habitación fantástica. Esto, por supuesto, no será un simple paseo por el campo...

Superando de forma rotunda y triunfal todo presupuesto en el género de la ciencia ficción, Stalker es mucho más que un viaje alucinante a la mente de uno de los más grandes teóricos y estetas que ha dado el séptimo arte (que no es decir poco). Con cada fotograma que la compone siendo digno de mostrarse en un museo como obra de arte total, la cinta por entero resulta tan bella que arrebata al espectador mientras dirime cuestiones tan trascendentales como la naturaleza de la fe en el mundo moderno o la finalidad misma de la vida, si es que la hay. Esta obra es, con el permiso de Nostalgia y El espejo, la ejemplificación total de las teorías de Tarkovski, el demiurgo, el auténtico escultor del tiempo, un hombre sin quien el cine mismo no habría sido igual y al que las nuevas generaciones de cineastas están homenajeando de manera creciente. Un título del todo sublime, excepcional, que no puede faltar en las estanterías de todo amante del cine que se precie.

Podéis descargar y escuchar nuestro programa aquí.

viernes, 26 de agosto de 2011

Seguimos sin poder emitir

Lamentándolo muchísimo, los problemas que tuvimos la semana pasada siguen persiguiéndonos y no podemos ofreceros el prometido programa sobre Azul, de Kieslowski, que al parecer se perderá para siempre. Algo triste, teniendo en cuenta el talento del director. En su lugar os ofrecemos la reposición del programa sobre Los cronocrímenes, de Nacho Vigalondo, en el que contamos con la presencia de Jorge Mompó y Julio Fontán.

Sin embargo, nos alegra anunciar que la semana que viene sí habrá programa, palabra de cinéfilo. Es nuestro deseo que, pese al hiato en las emisiones, os hagáis el ánimo y nos sigáis en esta nueva retransmisión.

viernes, 19 de agosto de 2011

Anulamos el programa de hoy

Sentimos anunciar que esta semana no podremos estar en directo a través de las ondas. Podréis escuchar la reposición del programa dedicado a Delicatessen.

Aceptad, porfaplís, nuestras disculpas más humildes y esperamos teneros al otro lado el programa que viene.


viernes, 12 de agosto de 2011

Y en el próximo programa... LA REGLA DEL JUEGO


FICHA


Título original: La règle du jeu
Año de estreno: 1939
Productor: Claude Renoir
Compañía productora: N.E.F. (Les Nouvelles Éditions Françaises)
Director: Jean Renoir
Fotografía: Jean Bachelet
Música: Roger Désormière y varios clásicos (Mozart, Saint-Saëns, Chopin, Strauss...)
Guión: Jean Renoir, Carl Koch, Camille François
Intérpretes principales: Nora Gregor (Christine de la Cheyniest), Paulette DUbost (Lisette), Marcel Calio (marqués Robert de la Cheyniest), Julien Carette (Marceau), Roland Toutain (André Jurieux), Gaston Modot (Schumacher), Jean Renoir (Octave), Mila Parély (Geneviève de Marras).


¿Pero de qué juego hablamos?

¿Qué se gana? ¿Qué se pierde?
Para ir abriendo boca, diremos que quien no juega según las reglas puede perder hasta la vida.

    André Jurieux, aviador, acaba de realizar toda una proeza al atravesar sólo el Atlántico. Sin embargo, no se muestra orgulloso ante la prensa y la multitud entusiasmada que le esperaba, sino decepcionado: la mujer por la que se ha lanzado a la aventura no ha ido a recibirle. Ésta mujer es Christine de la Cheyniest, esposa del marqués de la Cheyniest. Por supuesto, el marqués escucha por la radio, como todos, la confesión del aviador, pero el matrimonio prefiere dejarlo todo en una confusión. El mismo marqués mantiene una relación con una amiga, Geneviève de Marras. ¿Qué mejor manera de arreglar el malentendido que organizar una fiesta en honor del aviador? En La Colinière, finca del marqués, se reunirán todas la parejas y, además, veremos otros juegos de parejas entre los criados. Sin embargo, mientras que los respetables señores siguen con sus fiestas y fingen que no pasa nada, los criados dan rienda suelta a sus pulsiones, convirtiéndose en el reflejo del alma de los señores, de los verdaderos deseos que ocultan.

    El juego, tal y como se imaginarán muchos, es el de las falsas apariencias, el juego que debe seguir una clase social estancada, que ya huele a podredumbre, para fingir que todo sigue igual, que nada ha cambiado ni nada cambiará. Sin embargo, se vaticina el fin de una era.

    La película ha sido calificada como “polémica”. Renoir explica por qué es un calificativo adecuado: “En la premier del film vi a un espectador que, muy serio, se sacaba un periódico y una cerilla para encenderlo con la clara intención de prender fuego a la sala. Si una película produce semejante reacción, es una película polémica.” Esto sucedió en 1939, a las puertas de la Segunda Guerra Mundial, en un ambiente de autocomplacencia y ultranacionalismo por parte de las clases pudientes que, al darse a sus distracciones y temiendo más al Frente Popular que a la ultraderecha sirvieron en bandeja el futuro al fascismo.

    En esta película veremos una crítica mordaz a un orden social absurdo, pero también una nueva concepción del cine. No en vano se considera la película que inicia la Modernidad, junto con Ciudadano Kane. Por si no os basta con saber que fue prohibida en Francia y Alemania, os diremos que esta película se encuentra entre las mejores de la historia del cine, miréis en la lista que miréis. Así es que os esperamos en el programa. Ya sabéis que, si no podéis escucharnos, tenéis la opción de descargar el podcast más adelante.

jueves, 11 de agosto de 2011

Y en el programa pasado... AMÉLIE

Pues sí, hubo un fallo de coordinación y la semana pasada no publicamos a tiempo. Sorry. Aquí os dejamos la ficha, de todos modos.


FICHA


Título original: Amélie
Año de estreno: 2001
Productor: Claudie Ossard, Jean-Marc Deschamps
Compañía productora: Claudie Ossard Productions, Union Générale Cinématographique (UGC), Canal+
Director: Jean-Pierre Jeunet
Fotografía: Bruno Delbonnel
Música: Yann Tiersen
Guión: Guillaume Laurant, Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant (diálogos)
Intérpretes principales: Audrey Tatou (Amélie), Mathieu Kasssovitz (Nino) y tantos "secundarios" que merecen ser nombrados que no nos cabrían aquí.


Tiempos difíciles para los soñadores... o quizás no



Chica y chico se conocen y terminan juntos. Bien. El 99,9 % de las historias me cuentan eso. ¿Y qué más?

TODO.

    Bienvenidos a un cuento urbano que nos anima a creer en la magia de lo cotidiano, en la importancia de los detalles sin importancia. Amélie no seria la historia que es sólo con la pareja mencionada al principio; hacen falta todas las historias colaterales, con el amplio abanico de personajes que las conforman. Personajes caricaturescos, conflictos que no llamarían especialmente la atención por separado, anécdotas que ya hemos oído en otra parte... pero que en conjunto, dándoles el peso justo y enebrándolas ágilmente proporcionan una sesión completa. Porque incluso de la propia Amélie no sabemos demasiado; los personajes se presentan a partir de esos detalles sin importancia que, sin embargo, nos permiten conocerlos de un modo distinto que a través de asépticos datos biográficos.

    Una película que se deja ver de manera sorprendente. La aparente espontaneidad del discurso, la fluidez de las imágenes y las palabras, la complicidad con el espectador, el espectáculo visual... Detrás de todo esto hay truco, hay cartón. A parte de un guión literario que cuenta más de lo que muestra, que sin pretensionesnos lleva a reflexiones sobre la memoria, los medios de comunicación, la idea de realidad, el propio cine... a parte, decimos, también la forma es peculiar. Encontramos un guión técnico rico, una cámara hábil y joven capaz de realizar casi cualquier movimiento, siempre sorprendente y siempre justificado. Una estética única y fantástica incluso para retratar lo real, y también un universo sonoro cuidadísimo hasta el milímetro. Bueno, hasta la milésima de segundo. Las voces, los sonidos, los ruidos e incluso los silencios cuentan algo. Y, por supuesto, la banda sonora. Por cierto: si la tenéis ya aburrida (culpa del uso y abuso por parte de tantos) podéis probar con René Aubry, tal y como comentamos en el programa.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...