Título original: Bram Stoker's Dracula.
Año de estreno: 1992.
Compañía productora: Columbia Pictures.
Productor: Fred Fuchs, Charles Mulvehill, Francis Ford Coppola.
Director: Francis Ford Coppola.
Fotografía: Michael Ballhaus.
Música: Vojciech Kilar.
Panfleto original: Bram Stoker.
Guión adaptado: James V. Hart.
Intérpretes principales: Gary Oldman (conde Drácula), Keanu Reeves (Jonathan Harker), Winona Ryder (Mina Harker), Anthony Hopkins, (Van Helsing).
Jonathan, un joven abogado londinense, emprende un largo viaje desde su hogar hacia los Cárpatos para entrevistarse con un misterioso noble, el conde Drácula, que le recibe en su castillo para realizar una serie de negocios inmobiliarios. Pronto Jonathan descubre que su anfitrión hace mucho que dejó de ser humano, siendo su verdadera naturaleza la de un monstruo inmortal dotado de inquietantes habilidades, que necesita de la sangre de los vivos para continuar con su existencia. Sin embargo, para cuando el joven intenta reaccionar, ya es demasiado tarde: el conde se ha embarcado rumbo a su Londres natal, donde planea extender su malsana influencia y también conquistar a Mina, su prometida, quien tiene un parecido extraordinario con la mujer que el conde perdió hace siglos.
Rodada muy cerca de los aniversarios del centenario del cine y del centenario de la novela original de Bram Stoker, esta versión del mito de Drácula es sin duda un fastuoso homenaje tanto a un clásico literario que clamaba desde hace tiempo por una adaptación rigurosa en pantalla, como un increíble despliegue de medios y referencias en homenaje al séptimo arte. Fácilmente una de las mejores películas de terror de la década de los 90, e indiscutiblemente la última mejor película en llevar a pantalla la historia del más clásico de los vampiros, la cinta de Coppola es un lujo para los sentidos, recreándose en escenarios y vestuarios esmeradísimos, y exigiendo de sus actores interpretaciones de antología. Una obra, en definitiva, que no puede faltar en las estanterías de todo enamorado del cine de género, y un título a reivindicar de un gran director hoy en día injustamente ignominado.
