miércoles, 2 de noviembre de 2011

Y el próximo programa... Especial 3º aniversario: Ladrón de bicicletas


Título original: Ladri di biciclette.

Año de estreno: 1948.
Compañía productora: Produzioni de Sica.
Productores: Vittorio de Sica, Umberto Scarpelli.
Director: Vittorio de Sica.
Fotografía: Carlo Montuori.
Música: Alessandro Cicognini.
Guión adaptado: Vittorio de Sica, Cesare Zavattini, Suso Cecchi D'Amico, Oreste Biancoli, Adolfo Franci, Gerardo Guerrieri.
Panfleto original: Luigi Bartolini.
Intérpretes principales: Lamberto Maggiorani (Antonio), Enzo Staiola (Bruno), Lianella Carell (Maria), Vittorio Antonucci (el ladrón).

Italia, durante los duros años de recesión económica de principios del siglo XX. Antonio, un parado que ha estado buscando trabajo largos años, recibe por fin una buena oferta de empleo como colocador de carteles. La única pega es que para acceder a dicho trabajo necesita su bicicleta, que ya empeñó por dinero. Su mujer, María, empeña toda la ropa de cama de la que disponen para recuperar la bicicleta y así asegurar el trabajo de su esposo. Sin embargo, durante el primer día de trabajo de Antonio, un joven aprovecha un momento suyo de descuido y le roba la bicicleta, huyendo con éxito a pesar de la persecución a la que es sometido. Pronto, Antonio se dará cuenta de que recurrir a la policía y poner una denuncia es de poca ayuda, con lo que, acompañado por su pequeño hijo Bruno, emprenderá por sí mismo una búsqueda rastreando por los mercados y los rincones sórdidos de Roma. Esta misión, que ya de por sí es difícil, se les va haciendo a ambos cada vez más y más imposible de lograr.

Valiéndose de una sencillez y una sinceridad tan puras como engañosamente poderosas, Vittorio de Sica consigue en Ladrón de bicicletas convertir lo que en manos de muchos otros directores no habría sido más que una peripecia burlesca y retratista en una historia universal, potente y concienciadora, que conmina a la bondad y la hermandad de todos los que se hacen llamar hombres. Conmovedora en su patetismo sin ambajes, la cinta nos relata un pasado que, a día de hoy con la presente crisis, se nos hace cercano y entendible, mientras nos sumerge en las vidas de unos personajes a los que hacemos nuestros desde el primer momento. Sin necesidad de florituras ni en el guión ni en su ejecución visual, esta obra clave del neorrealismo italiano consigue gracias a su obsesión en centrarse casi obsesivamente en la fuerza de la cotidianeidad pura, con sus males de andar por casa y sus pequeñas y humildes odiseas de un solo hombre, llamar a nuestros más profundos sentimientos de honradez y solidaridad a la vez que afirma dulce pero inflexiblemente una cierta moral de entrega a la alteridad.

Con este título, elegido por la audiencia, celebramos nuestro tercer aniversario en antena. Ha sido una elección afortunada: desde Cinema Paradiso aprovechamos dicho evento y dicho título para solidarizarnos con las víctimas de estos tiempos modernos de incertidumbre, los parados desesperados, o sin esperanzas, y los afectados por todos los ladrones de bicicletas, grandes y pequeños, que campan impunes por el mundo. Siendo nuestro programa cultural y no social ni político, diríase que hemos estado ignorantes e insensibles con la dolorosa realidad que todas estas personas padecen: por eso es nuestro deseo aprovechar una ocasión como ésta, por lo demás feliz (es un orgullo haber estado con todos vosotros estos tres años, y nos da fuerzas para seguir con nuestra labor en el futuro), para ponernos serios y reivindicar, como ya lo hizo de Sica mediante su arte, la justicia y la prosperidad inalienables que merecen quienes han sido puestos por los incognoscibles poderes fácticos en el peor peldaño de la escalera.

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