jueves, 10 de febrero de 2011

Arrebato




FICHA

Título original: Arrebato
Año de estreno: 1979
Productores: Nicolás Astiárraga
Productor ejecutivo: Augusto M. Torres
Director: Iván Zulueta
Guión: Iván Zulueta
Fotografía: Ángel Luís Fernández
Música: Negativo
Sonido directo: Miguel Polo
Vestuario y maquillaje: José Alberto Urbieta
Intérpretes principales: Eusebio Poncela, Will More, Cecilia Roth, Marta Fernández Muro, Carmen Giralt, Helena Fernán-Gómez, Luis Ciges, Max Madera, Rosa Crespo, Javier Ulacia.


UNA DE VAMPIROS

Ni Drácula ni Orlok; aquí el vampiro es el Arte o, más concretamete, el Cinematógrafo. Arrebato tiene que gustar por fuerza a los cinéfilos, ya que el cine es el tema, la decoración, el ambiente y una cita permanente; la reflexión se centra en la imagen (en cualquier soporte, también el cómic, la televisión y el cartelismo) y su lado más despiadado, más devorador, más siniestro.


José, un director de serie B, recibe un paquete por correo. Contiene una misteriosa grabación de voz del enigmático Pedro, y una no menos misteriosa bobina de súper-8. El relato de Pedro se complemetará con los recuerdos de José hasta confundir las dos experiencias vitales en un mismo viaje hacia lo desconocido, hacia una nueva concepción del cinematógrafo y sus límites. Porque la preocupación de Pedro ha sido siempre la “pausa”, el “arrebato”, ese instante suspendido que le sobreviene al niño fascinado por un cromo, ese placer que experimenta la víctima de un vampiro al ser mordida, ese momento libre de las reglas del tiempo y que dura hasta que la realidad nos atrapa en su banalidad.

Momento Betty Boop. Esta escena es FANTÁSTICA
Una rareza en el cine español. No recuerdo quién dijo que la obra maestra no era aquella redonda, sino la que hace pensar más durante más tiempo. Puede que lo dijera a propósito de Arrebato, y desde luego se aplica a este film, al que hay que enfrentarse sin prejuicios. Uno en especial: no es una película sobre "las drogas". Muchos han querido ver una apología a las drogas. Cierto que aquí nadie pierde un brazo. Pero eso es quedarse en la superficie. La heroína es en el film un camino para alcanzar el arrebato, otro vampiro y un elemento sin el que Arrebato ni existiría ni podría entenderse. Un punto de conexión, además, entre la realidad y la historia que cuenta Zulueta, que dota a la obra de una dimensión que trascinede los supuestos límites cinematográficos. Fascinante. De esto, y de otras cosas (demasiadas para un post) hablaremos en el programa. Os esperamos.

Mientras tanto, aquí tenéis algunos fotogramas de la película. Y, como siempre, podéis dejar vuestros comentarios, aportaciones y spam donde sabéis.

Un fotograma que contiene un fotograma del supuesto film que está montando José al principio de la película -cine dentro del cine ya para empezar -. Dato curioso: el actor que interpreta al montador (no recuerdo su nombre) no creía en el "montaje", sino que era un defensor a ultranza de los largos planos secuencia. ¿Fue algún tipo de jugarreta de Zulueta? Como broma tiene su punto.

Pedro registra su voz para mandarle un mensaje a José junto con la bovina de súper-8 y la llave de su piso. Hay que ver la diferencia que hay entre su versión natural, con esos pelos y esa voz, y su estado "adulto" cuando se encuentra bajo los efectos de la heroína. Es el único personaje que exterioriza de un modo evidente el cambio de estado: no sólo a través del físico y la voz, sino también en la actitud. Incluso pasa de tener sangre fría a caliente.

Es una película sobre el cinematógrafo, pero la televisión está casi siempre presente. Pero no como ese aparato cotidiano al que todos estamos acostumbrados, sino como un representante de lo banal y antipática que puede resultar la realidad que nos envuelve, la más próxima y familiar. La televisión es, como muchos de los intentos de conversación de Ana (Cecilia Roth) ruido molesto, interferencia.

Tanto Zulueta como More eran auténticos apasionados de estas colecciones de cromos. Ambos sintieron muy suya la escena en la que Pedro recuerda a José la sensación de arrebato, la recuper de su infancia a través de estas imágenes del álbum de cromos de Las minas del rey Salomón. No queda claro quién de los dos aportó este álbum que vemos en la imagen. Al parecer, el álbum que Zulueta tenía previsto usar era el de Peter Pan (siemrpe ha sentido fascinación por Disney), pero en el momento de rodar no apareció. 

Y hablando de Peter Pan... Ya sé que es algo más siniestro, pero ¿no os recuerda en algo al cuento? Desde luego, todo el argumento está salpicado de referencias al clásico.

(Me encanta este momento. Es una aparición estelar donde las haya; a saber qué tenía Zulueta en la cabeza para concebir un momento así. Esta imagen iba a encabezar el post, pero recuerda demasiado a Eduardo Manostijeras, la entrada anterior.)

Y finalmente el famoso negativo, la prueba del vampirismo, los fotogramas rojos que van ganando espacio inexoralemente. Hubiera sido más romántico que no existiera una prueba física, como en Blow-up (o que se destruya de alguna manera). Queda la duda de qué pasa a continuación. ¿Alguien recupera las cintas?

Por cierto, supongo que sabéis que la película no tenía que acabar como acaba...
Eso ya lo comentaremos en el programa ;)

Ya en podcast, para escucharlo en cualquier momento



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